Se observa a diario a pacientes que fueron al médico porque se sentían mal; el galeno observa la queja del paciente y además como medida preventiva comprueba su Presión Arterial (PA) y la encuentra elevada, como es perceptivo le receta el tratamiento adecuado para la enfermedad que le aquejaba y para la PA que le apareció en su observación rutinaria; el paciente se toma su medicación para la enfermedad que le aquejaba más la de su PA; unos días después vuelve a su médico porque estaba mejor de su vieja enfermedad, pero que se sentía muy cansado, agotado, sin fuerzas; el doctor lo encuentra mejor, y le toma de nuevo la PA, que seguía elevada a pesar de su tratamiento correctamente indicado; algo no iba bien, pensó el médico y le indicó que siguiera con el tratamiento unos días más y volviera: el paciente se fue a su casa tan cansado o más que cuando fue al médico; allí desfallecido lo sentaron y un vecino le tomó la presión de nuevo y andaba entre 6/4,; llamaron a un medico vecino y corroboró su presión sumamente baja y ordenó suprimir el tratamiento de su colega; y agregó: esto no es error del médico que le vio en el Centro de Salud, es su miedo a la Clínica y las batas de los médicos y enfermeros. Suspendido el tratamiento y un agüita de canela lo fue mejorando.
Hay pacientes, afortunadamente pocos, que al ver al médico se desequilibran, se ponen nerviosos y ésto les sube la tensión.
Creo en este fenómeno porque en mi dilatado tiempo de enfermero comprobé este fenómeno en muchas ocasiones,
Desde aquí propongo:
¿Por qué no conseguimos un esfingomanómetro económico y práctico, que pueda ser adquirido y utilizado por la familia en casa?.
Seguro evitaríamos muchos sustos, tanto al médico, al paciente, como a la familia.
Ver mis dos temas de Tensión Arterial publicados anteriormente en este mismo blog; uno en general y otro en el anciano, en este mismo blog, indice a la derecha..
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